El alfabeto.
Alrededor del año 2000 a. C, los faraones egipcios se dieron
cuenta de que tenían un problema. Cada victoria militar sobre sus vecinos les
permitía capturar y esclavizar más prisioneros de guerra, pero los egipcios
eran incapaces de trasladarles órdenes por escrito porque estos esclavos no entendían
la escritura jeroglífica.
Los primeros sistemas
de escritura, entre los que se cuentan los jeroglíficos egipcios, eran
extremadamente engorrosos y complicados de entender. Contaban con miles de
caracteres y con un símbolo diferente para cada idea o palabra. Aprendérselos
todos de memoria podía llevar años. Sólo un puñado de egipcios podía de hecho
leer y escribir con este difícil sistema.
Los lingüistas creen que casi todos los alfabetos modernos
descienden de una versión simplificada de los jeroglíficos, desarrollada por
los egipcios hace 4000 años para comunicarse con sus esclavos. El nacimiento de
un alfabeto, el sistema de escritura empleado en todo el mundo occidental,
cambió la forma en que los habitantes de estos mundos antiguos se comunicaban.
En esta versión simplificada cada signo representaba
únicamente un sonido. Este avance permitió reducir el número de caracteres de
varios miles a unas pocas decenas, agilizando su uso y aprendizaje. El complejo
lenguaje jeroglífico fue olvidado con el tiempo, de forma que los expertos se
vieron incapaces de traducir sus caracteres hasta el descubrimiento de la
piedra de Rosetta en 1799.
El alfabeto tuvo un éxito fulminante. Cuando los esclavos
egipcios pudieron volver al fin a sus países de origen, se llevaron consigo
este sistema, que se extendió por todo Oriente Próximo hasta convertirse en la
base de muchos de los sistemas de escritura de esa región, incluidos el árabe y
el hebreo. Los fenicios, una antigua civilización de comerciantes marinos, divulgaron
el alfabeto entre las tribus con las que se fueron cruzando por la costa
mediterránea. Los alfabetos griego y romano, sucesivamente, se basaron en la
antigua escritura fenicia. Hoy en día, la mayoría de las lenguas modernas, incluido
el español, usan el alfabeto romano.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1.Varias letras del español moderno provienen directamente
de los caracteres egipcios. Por ejemplo, la be deriva de la palabra egipcia
«casa».
2.La edición más reciente del Diccionario de inglés Oxford
contiene 171476 palabras que aún se usan, una de las cifras más altas de todos
los idiomas.
Extraido del Libro, 365 Días para ser más culto. De David S. Kidder y Noah D. Oppenheim.